Siempre dispuesto y hoy ya no está. Bastante falta que le hace a la Santa Marta actual, a sus amigos; y principalmente a quienes no lo conocieron ni escucharon sus argumentos para ser felices al permitirse explorar todas sus posibilidades y acceder a la cultura general que el cine brinda al iluminar nuestra comprensión desde una óptica atemporal y universal.
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