La Facultad de Artes y Humanidades, el Departamento de Música y el centro Cultural de la Universidad de Los Andes en la sala de Música Ernesto Martín presenta el jueves 21 de marzo a la 1:00 p.m. en su espacio Concierto del Mediodia en los Andes., al Clavecinista Andrés Martínez Pardo, acompañado de Leonardo Peña en la Flauta y de Cristian Cante en el Laud.
El repertorio incluye obras de música francesa como homenaje al recién fallecido en París, el maestro colombiano Rafaél Puyana intérprete destacado del Clavecín. (Nota en El Tiempo)
EL CONCIERTO
La producción de los clavecinistas franceses de los siglos XVII y XVIII, admirada e imitada por los compositores de Europa (como Purcell y Bach), es tan vasta y rica que constituye todo un mundo en sí misma: un cosmos en el que el clavecín colma los límites del preciosismo y alcanza el culmen de la delicadeza expresiva. Desde el siglo XVI el clavecín, el laúd y la viola da gamba están íntimamente emparentados, tan íntimamente que a finales del siglo XVIII los clavecinistas continúan imitando el «toque» de los laudistas del XVII (e.g. Chambonnières, D’Anglebert, Jacquet de la Guerre, Forqueray, etc.). Tal intercambio lingüístico rebasa las meras formas (fantasie, prélude, rondeau, suite, pièce de caractère…) para constituir un «estilo» y un ideal propiamente dicho: el llamado Art de Toucher, al que se asocian siempre las voces «douceur», «bon goût», «souplesse», Couperin… y que tiene una doble connotación: toucher significa el arte de «tocar» el clavecin, como también el arte de «tocar» (i.e. «conmover») al oyente. En la era dorada de los clavecinistas franceses estos conceptos eran inseparables, como lo atestiguan tantas cartas, testimonios y tratados históricos.
Sobre los clavecines, Burney escribe en 1770: «Después de la Iglesia M. Balbastre me invitó a su casa, a ver un fino clavecín Ruckers que mandó a decorar en el interior y el exterior con tanta delicadeza como la más fina carroza o caja de rapé que haya visto yo en París. En el exterior, el nacimiento de Venus; en el interior de la tapa la historia de la ópera más famosa de Rameau, Castor y Polux: la tierra, el cielo y el Elíseo están allí representados. En el Elíseo, sentado en una banca con una lira en la mano, el celebrado compositor en persona: el retrato es muy fiel, pues me entrevisté con Rameau en 1764. El tono del instrumento es más delicado que poderoso; uno de los registros en piel de búfalo [peau de buffle], pero muy dulce y agradable; la pulsación extremadamente ligera, debido al emplumado [i.e. plectros], que en Francia siempre es muy frágil».
Sobre el Art de Toucher propiamente dicho, Foucquet [clavecinista y organista en la Capilla Real de Versalles] escribe en 1750: «Muchos son los que tocan el clavecín, mas pocos los que tienen el gusto para hacerlo. El gusto que conviene a todas las piezas de ejecución graciosa y tierna implica una cualidad noble y muelle [i.e. blanda, suave, fina] indispensable para las piezas con sentimiento. Desgraciadamente esta disposición de la mente es infrecuente, y admiramos hoy en día la velocidad de la mano, que, al parecer, conmueve más que una ejecución graciosa, tierna, afectuosa. Y empero esta última manera de tocar es la que da el carácter de la mano bella […] Es menester distinguir claramente entre las manos hábiles y las que son bellas. Las primeras, rebosando fuego y velocidad, no son generalmente susceptibles de la ejecución de los sentimientos que las manos bellas, en cambio, sí son capaces de expresar, junto con la ligereza de la que también hacen gala, cuando ésta resulta indispensable».
A. M. P.
BIOGRAFÍA
Andrés Martínez Pardo es músico y filósofo. A los 7 años recibe de su madre las primeras lecciones de música; a los 9 se hace discípulo de los Grandes pedagogos colombianos Antonio Mora y Piedad Giraldo; a los 12 resuelve destinarse al clavecín. Más tarde asiste a diversos cursos, masterclasses y talleres de música barroca, mientras recibe instrucción privada de los clavecinistas estadounidenses Elisabeth Wright y Jory Vinikour, entre otros. Hacia 2003 cofunda Affetti Mvsicali –Ensamble de Música Barroca, que se da a conocer al público en 2007 en el auditorio de Uniandinos; la agrupación se presenta en varios salas de concierto y obtiene reconocimientos como la primera iniciativa juvenil de música barroca en Colombia. Entretanto finaliza estudios universitarios laureados (en Educación, en Humanidades y en Filosofía), publica un libro sobre Thomas Mann y la Estética en Alemania, trabaja enseñando Estética e Historia del Arte, y recibe el primer lugar nacional en los concursos Jóvenes Intérpretes» y «Jóvenes Talentos» del Banco de la República, como también el primer premio en la convocatoria de música de cámara del Auditorio Fabio Lozano (a raíz de su participación se incluyen por primera vez las categorías «clavecín» y «música antigua» en éstas y otras convocatorias). Viaja a Francia para estudiar clavecín y música de cámara con Madame Huguette Dreyfus. Seguidamente se traslada a Holanda, para continuar formándose bajo la batuta de Gustav Leonhardt y Bob van Asperen. Allí es el primer colombiano en culminar oficialmente estudios de especialización y maestría en clavecín y música antigua. En 2012 interviene como ponente en el Ninth International Research Symposium de Ámsterdam; ese mismo año es recibido en la Harpsichord Society como Professor of Harpsichord. Actualmentecontinúa dedicado al estudio, la investigación y la docencia.
PROGRAMA
Prélude non mesuré Louis Couperin (1626–1661) Mouvement François Couperin (1668–1733)
Ground Henry Purcell (1659–1695)
Rondeau Jacques Duphly (1715–1789)
Prélude arpégé Anonyme (17ème siècle) Sarabande François Couperin Rondeau « «
Suite de Pièces pour le Charles Dieupart (1667–1740) Clavecin, avec une Flûte et la basse continue
Lentement Allemande Courante Sarabande Gavotte Menuet en Rondeau
Pièces de Clavecin Mademoiselle de la Guerre (1665-1729)
Prélude non mesuré Allemande Courante Sarabande Gigue Chaconne
ANDRÉS MARTÍNEZ PARDO
Andrés Martínez Pardo, Clavecinista de ancestro samario con vena musical y artística , su abuelo es hermano de Roberto Linero de Castro, el compositor de la música del himno oficial de Santa Marta, sobrino de Franky Linero y pariente del pianista Andres Linero.
Ha trabajado como redactor y corrector en publicaciones institucionales y revistas universitarias;promotor y gestor cultural en proyectos artísticos, culturales y educativos. como clavecinista, ha colaborado en diversos ensambles y agrupaciones de música antigua a nivel profesional y universitario en la ciudad.
Con Affetti Mvsicali – Ensamble de Música Barroca; Orquesta de los Andes, de la Universidad de los Andes; Coro de la Universidad Javeriana; Coro de Cámara de los Andes; Coro de Exalumnos de la Universidad de los Andes; etc.) Counching de instrumentistas y cantantes.
Su actividad mezcla la formación académica como Licenciado en Filosofía, Humanidades y Educación. Clavecinista porque el instrumento lo persigue desde que asistió a un concierto del maestro Rafél Puyana en Bogotá y decide dedicarse al Clavecín luego de haber estudiado piano inicialmente con su abuela materna y su mamá desde los 7 años. A los 11 años estudia en «La Flauta Mágica «, la que considera la mejor escuela de música, de propiedad de Antonio Mora y Piedad Giraldo con quienes se forma durante mas de una década.
Investigó la música antigua solo y formó el primer grupo juvenil de música antigua colombiano, ganó 3 convocatorias nacionales importantes en música.
Su insistencia por la música antigua consigue una invitación desde Francia. La gran Huguette Dreyfus había oído de él por un clavecinista francés que había venido a Colombia: «Me mandó a llamar y estudié con ella un año en la Riviera Francesa, financiado por una compañía petrolera; fueron días maravillosos en la Costa Azul y Paris, donde conocí a todos los clavecinistas y agrupaciones barrocas de Europa, fui a todos los conciertos y óperas en el Theatre des Champs Elysees, el Palais Garnier y Versalles.
Andrés habla con entusiasmo del instrumento: «El clavecín es un instrumento musical de cuerda RASGADA,como la guitarra; funciona con unos pequeños plectros, púas, plumas o uñas. El clavecín tuvo su apogeo de los siglos XVI al XVIII, hasta la invención del piano que lo desplazó. A finales del siglo XIX y principios del XX, empezó el gran movimiento cultural que se conoce como el Movimiento de la Música Antigua, para recuperar la música barroca y renacentista, con sus instrumentos originales y partituras. Un siglo después, o sea hoy, la Música Antigua es una música reconocida y estudiada independientemente, como cualquier otra carrera»
De regreso en Bogotá lo vuelve a tentar su llamado interno por la música antigua y el Clavecín: Se inscribe en el concurso Jovenes Talentos de la BLAA, se gana el Primer Premio Nacional y se va a Holanda a estudiar con el gran Gustav Leonhardt y su discípulo más estricto, Bob van Asperen. «Allí -comenta- fui el primer colombiano en ser aceptado al exclusivo departamento de música antigua de Ámsterdam.»
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Buenas tardes. Desde España, un saludo para el clavecinista Andrés Martínez Pardo y nuestras felicitaciones por su brillante carrera musical. El Archivo Manuel de Falla de Granda, desea tomar contacto con el artísta. Mi nombre es Matilde Chaves de Tobar, colombiana y Musicóloga – Universidad de Salamanca. La sobrina – nieta de Don Manuel de Falla, Elena García Paredes De Falla, desea tomar contacto con Andrés Martínez Pardo, por el Programa del Maestro Rafaél Puyana, que se está llevando a cabo en Granada – España.
mi correo electrónico es: [email protected]
[email protected]
Cordialmente;
Matilde Chaves de Tobar
Dra. en Musicología
USAL – Salamanca
España
Corrección al correo electrónico de Matilde Chaves de Tobar:
[email protected]
gracias