Es una invitación para asistir a la visita guiada en el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo para discutir con los autores y su público la exposición SIMULACIÓN OBJETIVA; Juan Pablo Velasco y Pablo Buelvas interactuando con los asistentes sobre la muestra en la que comparten la Sala Espacio Abierto del Museo, dos tipos de trabajo fotográfico diametralmente opuesto en intención, pero que comparten más de lo que parece.
La curadora de la muestra Stefanía Doria lo presenta desde las técnicas y recursos discursivos…
“Recrea una interesante representación de esa fotografía contemporánea que se mueve entre lo contemplativo y lo conceptual, haciendo uso de recursos técnicos y discursivos, que buscan generar en el espectador preguntas sobre el porqué de la imagen y su estética”
Los soportes físicos son diferentes, el efecto visual difiere y resuena diferente en el cerebro del observador. La aplicación de los referidos “recursos” pronto pasa a un segundo plano para revelar un lenguaje desde lo gráfico: Cuando hay fotografías que hablan de fotografía como lenguaje, las formas y espacios expresan en el marco de cada imagen un universo comunicativo diferente, la narración se expresa; sale a flor de piel la mirada del autor, quien narra una historia en códigos precisos -entre menos mucho mejor- Un objeto, un marco que delimita un espacio sin distracciones, crea un sentido de equilibrio y pone en evidencia tensiones expresadas en términos de contraste, tono y textura. En el caso de Pablo Buelvas luces que la resaltan, y con Juan Pablo Velasco escenas aparentemente planas -en términos de contraste- pero es solo una percepción que invita a sumergirse en un minimalismo de una sutileza única en su planteamiento visual.
Casi se puede intuir que un encuentro casual con cualquiera de sus imágenes va a producir una sensación diferente dependiendo del estado anímico del observador.
Con Pablo Buelvas el objeto-significado es contundente y su diálogo -con la fotografía- reafirma la impresión de que la fotografía documenta y nos lleva al impacto gráfico de la era de oro del fotoperiodismo en los años 50 pero su intenso color nos da una realidad digna de la era de la imagen que atravesamos.
La presentación de lo contemplativo se reproduce tanto en el creador como en el observador
Ambos comparten su maestría en el tratamiento del postproceso digital: Mientras Pablo Buelvas selecciona un pedazo de realidad, esta se revela como un detalle de la globalidad centrado en la mecánica estática de la magia de las manos como herramienta o de un gesto en particular digno de observar y exaltar. Allí finaliza su propuesta llamada Huesos y Piel, el testimonio extraído de sus vivencias.
Cuando Juan Pablo Velasco tiene los originales convertidos es bits de información, las fronteras de sus selecciones del registro fotográfico a la hora de presionar a fondo el obturador, comienzan a sugerir superposición de planos y significados donde las fonteras se borran, se fusionan y expresan nuevas realidades, tal como sucede cuando visiones de instantes cambian simplemente si se empaña momentaneamente el cristal de nuestras gafas o nos deslumbra un destello inesperado, cuando una sombra se difumina para ser solo un recuerdo.
Ambos comparten una marca: son Canon, trabajan formato completo y tienen el toque justo en el tratamiento de la imagen. Motivo más que suficiente para convocar a los trabajadores de la imagen en la región porque ambos compartiran y absolveraán cualquier duda de fotógrafos locales. El diálogo comenzó y de usted depende que pueda continuar.